8M siendo hombre.

  He escuchado y leído a varios hombres quejarse de toda la visibilidad que le dan los medios y las redes sociales a las marchas y actividades que hacen las mujeres el 8 y 9 de marzo. Quejarse de que 'vandalizan' monumentos históricos o que destruyen propiedad privada. ¿De qué se quejan? Existe el día internacional del hombre. ¿De qué se quejan? La mayoría de los monumentos pueden arreglarse. ¿De qué se quejan? Ninguna propiedad privada, ninguna cantidad de dinero o mercancía vale lo que una vida. 

 Yo solía ser partidario de que los hombres también podíamos protestar contra la violencia hacia las mujeres; pero ahora sé que no podemos. Los hombres matamos a las mujeres, las violentamos, las violamos. No puedo protestar contra la violencia porque soy parte de ella, aunque quiera fervientemente creer lo contrario. Soy parte de ella inconscientemente, con mi machismo y los estereotipos que cargo. Soy parte de ella conscientemente cuando repudio opiniones de mujeres por el hecho de serlo, aunque lo hiciera durante solo un segundo, soy parte de la violencia. Eso no nos pasa a los hombres, nosotros no somos sistemáticamente violentados, no somos sistemáticamente asesinados; nos matamos entre nosotros por machismo mutuo, no porque seamos hombres. La violencia contra la mujer es algo que no puedo comprender porque nunca he sido afectado por ella, pero la fomento de una manera u otra, aunque no queira. Los hombres no podemos comprender la magnitud de lo que significa el 9 de marzo, no lo comprendemos para apoyarlo y mucho menos para menospreciarlo. Pero no solamente el 9M, no comprendemos lo que significa ser mujer y vivir con miedo de la mitad de la población del país, no comprendemos. Como hombres, tenemos la responsabilidad de deconstruir todo lo que sabemos, nuestra visión y realidad para construirla desde una perspectiva de género. Somos los generadores y perpetuadores de esa violencia; si queremos 'ayudar' debemos cambiar interna y radicalmente, no podemos hacer nada más.

-ASR-